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Administradora Gina McCarthy, declaraciones ante la conferencia annual de LULAC, como redactadas

07/11/2014
Gracias, Gina. Perm�tanme comenzar agradeciendo a la presidenta Mor�n y al director ejecutivo Wilkes por invitarme a hablar aqu�, y por su incre�ble liderato. El tema de este encuentro es “El poder de la unidad latina”. Cuando LULAC se organiz� tantos a�os atr�s, un c�lido d�a primaveral en Corpus Christi, el lema que adoptaron: todos para uno y uno para todos. Lo que nos compele a reunirnos, organizarnos y a luchar por lo correcto, es el valor de vivir por ese credo. Al abrazar el poder en nombre de la justicia social, LULAC ha mejorado la vida de millones de personas.

Estoy aqu� para hablar acerca de otra batalla en nuestra lucha a favor de la justicia social: nuestra lucha por la justicia ambiental. EPA y LULAC tienen ra�ces comunes. Ambos nacimos al abrazar el poder de la unidad. El movimiento ambientalista fue provocado por lo que Dolores Huerta llama “el cambio desde las ra�ces hacia arriba”. De esa manera, la EPA se fund� con una misi�n de proteger la salud para todos.

La triste realidad es que las mejoras en la salud ambiental todav�a se necesitan con urgencia en comunidades tanto urbanas como rurales en todo el pa�s. Las familias de bajos ingresos, las poblaciones tribales y las comunidades de color contin�an sufriendo desproporcionalmente los impactos de la contaminaci�n. Eso tiene que cambiar. La contaminaci�n es una barrera para las oportunidades econ�micas y la seguridad de la clase media—brechas de oportunidades que el presidente Obama califica como el asunto definitorio de nuestra �poca.

Hemos estado estrechando estas brechas por generaciones. Sin embargo, les voy a pedir que trabajen con nosotros en la EPA y el presidente Obama para hacer m�s.

En la actualidad, no hay ning�n reto ambiental que presente mayores riesgos a nuestra salud, a nuestra econom�a y a nuestro estilo de vida que el cambio clim�tico global. Las condiciones del tiempo m�s calurosas generan mayor smog, mayor ozono, temporadas de alergias de mayor duraci�n, y m�s asma. Si su hijo no usa un inhalador, consid�rese un padre afortunado porque 1 en cada 10 ni�os hoy en d�a en los Estados Unidos padecen asma. El ocho por ciento de todos los ni�os hispanos padecen asma, y tienen el doble de probabilidades de ser hospitalizados por asma que los ni�os blancos. Los ni�os puertorrique�os tienen la incidencia mayor de asma entre todas las etnicidades del 20 por ciento. Esto es inaceptable y estoy segura de que ustedes est�n de acuerdo.

Durante el Mes de la Concientizaci�n sobre el Asma, fui a Puerto Rico y me reun� con la gente que vive a lo largo del Canal de Mart�n Pe�a en San Juan. Ellos sufren de tasas alt�simas de asma. Habl� con los padres y los hijos que se expresaron apasionadamente acerca de c�mo el asma dificulta mucho m�s que su respiraci�n—el asma perjudica sus vidas y su estilo de vida, desde las elevadas facturas m�dicas a la p�rdida de ingresos y ausencias escolares.

Los latinos se enfrentan a cargas desproporcionadas debido a la exposici�n desproporcionada. Debido al cambio clim�tico, cuando ocurren incendios m�s extremos y frecuentes, inundaciones, azotan las supertormentas, las poblaciones marginadas que carecen de los recursos para afrontar los desastres son las m�s afectadas. Un informe reciente revela que la productividad laboral de los obreros que trabajan al aire libre como muchos en la comunidad hispana que trabajan en la construcci�n, la jardiner�a, y la agricultura, podr�a reducirse dram�ticamente. Como se�ala la misma presidenta Mor�n, “los trabajadores latinos tienen un riesgo mayor de exposici�n al aire sucio y a temperaturas m�s elevadas” que se agravan debido al cambio clim�tico.

La escala y la seriedad de nuestra crisis clim�tica nos han unido para buscar el poder de la unidad. Afortunadamente, el presidente Obama lo entiende. En junio del 2013, el Presidente deline� un Plan de Acci�n Clim�tica para reducir la contaminaci�n perjudicial de carbono que genera el cambio clim�tico y construir una naci�n m�s resiliente para enfrentarse a los impactos de hoy.

El mes pasado, la EPA tom� un paso hacia adelante para presentar nuestro Plan de Energ�a Limpia, el cual propone l�mites en nuestra fuente mayor de contaminaci�n de carbono—las centrales el�ctricas. Ya estamos limitando contaminantes provenientes de las plantas el�ctricas como el mercurio, el azufre, y el ars�nico, sin embargo, en la actualidad no hay l�mites para la contaminaci�n de carbono. Adem�s de reducir la contaminaci�n de carbono, nuestra propuesta reducir� el smog y el holl�n que surgen de ella.

Esa contaminaci�n amenaza las personas m�s vulnerables en nuestro pa�s: nuestros hijos, los ancianos y las comunidades de color. LULAC informa que acerca del 40 por ciento de los latinos viven a 30 millas de distancia de una central el�ctrica. En tan solo el primer a�o en que estas normas entren en vigor, se evitar�n hasta 100,000 ataques de asma y 2,100 ataques al coraz�n, y esos n�meros seguir�n subiendo.

No dejen que los cr�ticos les enga�en. Ellos les dicen que para hacer estas mejoras, la fiabilidad y asequibilidad energ�tica se ver�n amenazadas y que los cimientos econ�micos mismos de esta naci�n se desintegrar�n. Eso no es cierto. No podemos dejar que nos enga�en. Un medio ambiente saludable es la base de una econom�a sana, sostenible y llena de oportunidades. El presidente Obama declar� recientemente, “tenemos que formular nuestras estrategias [clim�ticas] para abordar las preocupaciones muy reales y leg�timas de las familias trabajadoras”. Hay cr�ticos que representan los intereses especiales que les dicen que esto no se puede hacer, pero nosotros conocemos la verdad muy bien. Por a�os, la EPA ha encontrado la manera de reducir la contaminaci�n atmosf�rica por m�s del 70 por ciento, mientras el desarrollo econ�mico se ha triplicado. Durante todo ese tiempo, mantuvimos la electricidad a niveles asequibles y fiables.

Podemos hacerlo y debemos hacerlo. Nuestra salud, nuestra calidad de vida, y el futuro de nuestros hijos dependen de ello. Pero para hacerlo, tenemos que luchar juntos y ganaremos juntos—sino correremos el riesgo de perder solos.

Necesitamos estudiantes en las ciencias y en la educaci�n de las carreras profesionales conocidas por sus siglas en ingl�s, STEM, o sea en las ciencias, tecnolog�a, ingenier�a y matem�ticas. Necesitamos a estudiantes, como los que conoc� en la Asociaci�n Nacional de M�dicos Hispanos, para desarrollar sus destrezas y conocimientos para que la diversidad de nuestros futuros l�deres clim�ticos respete la diversidad de nuestra naci�n. Necesitamos maestros, trabajadores, doctores y enfermeras que eduquen a sus pares y pacientes, como el caso de la Dra. Susan Pacheco de Texas quien est� comprometida con hablar y educar sobre el tema porque ella ve c�mo las limitaciones econ�micas y sociales agravan los riesgos clim�ticos a la salud.

El poder de la unidad exige que pongamos a un lado nuestras diferencias en nombre de la justicia social, y, en este caso, de la justicia ambiental. Y estoy aqu� hablando ante una organizaci�n que fue construida sobre esos principios—que estaremos en mejores condiciones individualmente si luchamos conjuntamente por nuestros derechos.

En el 2012, el presidente Obama otorg� el galard�n civil de mayor distinci�n, la Medalla Presidencial de la Libertad, a alguien que ejemplifica el poder de la unidad latina: Dolores Huerta. Cuando ella recibi� el premio, Dolores dijo, “los mayores cambios de justicia social en nuestra naci�n han ocurrido cuando la gente se ha unido, se ha organizado y ha tomado acci�n directa”. Ella tiene raz�n. El movimiento de derechos civiles. El movimiento laboral. El movimiento de los derechos de la mujer, el movimiento LGBT. Y el movimiento ambiental.

Durante todo este proceso, el poder de la unidad nos ha dado la valent�a para marchar hacia adelante. Eso sostiene nuestra democracia. Les reto a traer aportar el poder de la unidad a nuestra crisis clim�tica. Levanten sus voces y hablen en sus comunidades y en los medios sociales. Participen en el proceso, organ�cense, hagan lo que hacen mejor—hablen a favor de los necesitados que luchan por hacerse o�r. Todos para uno, uno para todos.

Dolores Huerta dijo que ella siempre sent�a que, si tenemos la habilidad, entonces tenemos la obligaci�n de ayudar a la gente a unirse y luchar por sus derechos. Esos valores me llevaron al servicio p�blico y a la protecci�n ambiental, y nos dan la fuerza a todos para luchar por nuestro derecho de tener un planeta saludable y un clima estable para cada persona y para esta generaci�n y las venideras.

Gracias.